Ella teje escarpines
dejando la ternura de sus ojos
detrás de cada punto.
Azucena la piel roba corales
a un clima que no sabe de embarazos.
Ella ensaya una queja
por no poder moverse igual que antes
y revisa los nombres
de cuanta lista llega hasta sus manos
(Igual se ha de llamar Benjamín o María,
mas no es malo pensar nombre a futuro)
Ella tiene sensibles
los rincones más fríos
y no puede evitar soñar mañanas
acordes al latir de tanta ansia.
Ella tiene en los labios
un mohín de sonrisa,
debe ser que pensar
le hace cosquillas.