Todos los pasos tienen cierto umbral que los está esperando sin apuros. El espacio y el tiempo son apenas una
estrella fugaz ante los ojos. Cascabeles y astillas (ramilletes de historias) nunca se dieron cuenta de la proximidad
del horizonte, tal vez, por escaparle a la ceguera del no saber después. Acabaron ya muchos de los buenos encuentros. El
azar, sumado a la razón, han obligado a cambiar el mantel por otro más pequeño.
En tanto la disputa por tratar
de llegar se roba el resto.
Continuar
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