Hay días que parecen
un campo de salinas.
Desolados, monótonos,
quebrados en mil partes.
Hay horas que no saben
pasar sin lastimarnos,
al golpear su badajo
las ausencias más hondas.
E instantes en que creo
que ha de cumplirse un sueño,
aunque luego regrese
con los ojos desiertos.
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