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Sé que me ves aquí,
pero no es cierto.
No me creas si hablo
o si te miro.
Aquí está mi corteza,
este aspecto,
que tantas veces fue
tu compañía.
Pero el rumor de adentro
se ha perdido.
Soy un desconocido
de mi mismo,
que deriva al garete,
paso a paso.
Y te juro,
querría reencontrarme
con la habitualidad
de mi sonrisa,
descansando en lo manso
de tus ojos,
oler de nuevo menta
y conmoverme.
Pero, no sé porqué,
me veo enredado
junto a tristezas,
vuelos y quebrantos.
Asi, me estoy hundiendo
entre fantasmas,
hasta un sitio final
que desconozco.
Por eso es que te acerco
estas palabras,
para que siempre sepas
que te extraño.
En este desconcierto
que me arrastra,
cada vez que una luz
logra asomarse,
estoy pensando en vos,
aun sin nombrarte.
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